Palabras con Ahi, Hay, Ay!
Bolita y el lobo.
Partí al Cáucaso en tiempos en que aún había guerra y era muy peligroso viajar por ahí sin una escolta, especialmente de noche. Un amigo vino a acompañarme. Cuando comenzó a anochecer nos sentamos en un banquillo que hay junto a la puerta de mi casa. Una leve neblina velaba la luz potente de la luna, que bruscamente se rompió con unos chillidos agudos .-¡Ay! . Un lobo debe estar por ahí degollando a un lechoncito- dijo mi amigo. Cogí mi escopeta y corrí hacia los corrales. No ahí nada, -expresé. Milton me siguió, tal vez creyendo que íbamos a cazar, y Bolita lo limitó. Algunas personas que también habían acudido al lugar, gritaron, y entonces vi al animal que se precipitaba directamente hacia mí. Preparé mi escopeta y, en el instante en que el lobo saltó la valla, le disparé. Era imposible errar el tiro, pero inexplicablemente algo obstruyó el mecanismo y la bala no salió. Así fue como el lobo escapó en una calle que hay hacia abajo, perseguido por Milton y Bolita. Al regresar, examiné cuidadosamente a mis perros, y comprobé que el lobo había mordido a Bolita en la cabeza. -Es que no era un lobo- dijo el viejo cosaco que nos había acompañado hasta la casa.- ¿Y qué era?- averigüé.-Una bruja- fue la respuesta. -Una bruja que hechizó su escopeta-. -¡Ay!- Gritamos asustados.